Seguridad en trincheras (video)

Una zanja no da señales de advertencia. No hay ruido, ni temblores, ni tiempo para reaccionar. En un momento las paredes parecen estables… al siguiente, miles de kilos de tierra pueden caer con la fuerza suficiente para atrapar, aplastar o asfixiar a un trabajador al instante.

Por eso, la seguridad en las zanjas es fundamental.

Los sistemas de protección (apuntalamientos, blindajes o taludes) deben estar siempre instalados.

Nunca entre en una zanja de más de 1,5 metros de profundidad sin la protección adecuada.

Los montones de escombros deben mantenerse alejados y las escaleras de acceso deben estar a menos de 7,6 metros.

Se requieren inspecciones diarias por parte de una persona competente, ya que las condiciones pueden cambiar rápidamente.

Y recuerde: Ningún trabajo vale la pena.

Así que, antes de que alguien entre, deténgase y pregunte:

¿Es segura esta zanja… o estamos a un paso del desastre?